Por NATIVO
Si el país sudafricano, era pobre antes del mundial, ahora lo es más, pues los 10 estadios en donde se jugó dicho acontecimiento deportivo costaron mil cien millones de dólares.
El país negro coincido por la belleza de sus espacios abiertos, así como de la riqueza de su fauna y su flora no presentó el marco de hambre, falta de agua e inseguridad en que vive, todo con el fin de que el evento resultara un éxito.
Solo deudas y esperanzas de que un día se recupere de los gastos efectuados dejó el torneo, pues aunque se activaron miles de empleos, esto fue solo algunas semanas antes, durante y después del campeonato y para ciertas personas.
Pensar en la recuperación es difícil, no es lo mismo tener los accesorios para hacer un trabajo que comprarlos y esto le aconteció al gobierno sudafricano con la construcción de los estadios a comparación de otros países que ya cuentan con ellos.
Lo que si es cierto es que millones de sudafricanos tendrán que pasar más hambres y no se ve para cuando llegue la recuperación.
En barrios de Soweto o Alexandra no es difícil ver por sus calles a niños indigentes que viven de la limosna sin un techo estable en donde vivir, y personas desamparadas y desfavorecidas.
Lejos de vivir el pasado Mundial de Futbol donde se promocionó al país como algo que nunca es ni será, pues ahí solo existe miseria y hambre.
En los barrios más pobres de Johannesburgo, abunda la pobreza, quienes tuvieron la oportunidad u curiosidad de saber más sobre Sudáfrica presenciaron casuchas, falta de agua, miseria y gente con hambre.
La esperanza de vida ahí es en torno a los 48 años, su población se acerca a los 45 millones, y la falta de agua potable es evidente.
Por si fuera poco el SIDA está devastando el continente, siendo el país con mayor tasa de infectados con ésta mortal enfermedad.
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